ACTORES
Hablar de los actores de la desigualdad de género es tomar en consideración a los principales extremos que la fomentan. En un primer extremo se encuentra el machismo de la actualidad. Si bien como tal está catalogado como un pensamiento antiguo y nulo, hoy en día se está hablando considerablemente de la mutación a un “neo machismo”. Aquí la violencia física pierde protagonismo, aunque en ciertas culturas y sectores sigue estando presente, y en su lugar nacen prácticas indirectas que inhiben a la mujer en un nivel psicológico. Según lo expuesto por Trinidad Donoso-Vázquez, especialista en el estudio de violencia de género, este discurso tiene como objetivo promover sutilmente el poderío del hombre sobre la mujer. Como consecuencia, se llegan a tachar de radicales a aquellos grupos que buscan legítimamente la igualdad y, de esta manera, la subordinación persiste de manera indirecta. No obstante, en el otro extremo encontramos la distorsión de lo que la corriente feminista postula. De acuerdo con una rigurosa investigación a cargo de Soraya Gahete en el año 2017, el discurso del feminismo radical está centrado en la crítica a tres puntos principales: el hombre, la familia y la sexualidad. Respecto al primero, se señala que todos los hombres son enemigos. En este contexto, la mujer es sometida al poder del hombre y sus funciones se centran en las domésticas. De acuerdo con el segundo punto, la familia, entendida por su composición natural, es aquella que atrapa a la mujer en una relación heterosexual subordinante. La reproducción y el cuidado de la familia son consecuencia de esta y, por tanto, se plantea abolirla. Como último punto, se considera a la sexualidad como otro medio de dominación, pues sostienen que el placer sexual está centrado en la necesidad de un hombre.